Permanecerán en la cárcel unos ocho años
Jorge Barreno | Valparaíso
La sentencia de los cuatro comuneros mapuche que llevan 81 días en huelga de hambre, José Huenuche Reiman, Ramón Llanquileo Pilquiman, Héctor Llaitul Carrillanca y Jonathan Huillical Méndez, ha sido reemplazada. Así lo ha decidido la sala penal de la Corte Suprema, que no ha aplicado la Ley Antiterrorista, y que ha acogido el recurso de nulidad, pero que sin embargo no ha rebajado demasiado las condenas de los acusados.
Nueva sentencia
Los cuatro comuneros se encontraban presos en la cárcel de Angol, a unos 500 kilómetros al sur de Santiago, desde 2008 y habían sido condenados a 20 y 25 años de cárcel por el delito de "homicidio frustrado" tras el ataque al fiscal Mario Elgueta, en noviembre de 2008, y por el robo de madera bajo intimidación en Puerto Choque de Tirúa, en la Región del Biobío.
La nueva sentencia, que leyó el juez Nibaldo Segura, ha condenado a José Huenuche Reimán, Jonathan Huillical y Ramón Llanquileo Pilquimán a la pena única temporal de tres años y un día de presidio menor en su grado máximo. Deben cumplir además otra sentencia de cinco años, por lo que deberían permanecer en la cárcel un total de ocho años.
A Héctor Llaitul se le ha condenado a cuatro años de presidio menor en su grado máximo, por ser el autor de "lesiones simplemente graves" inferidas a funcionarios policiales, por lo que junto a otra condena de cinco años, deberá permanecer en el presidio de Angol un total de nueve años.
Uno de los abogados de los cuatro comuneros ha admitido que recurrirán la sentencia a tribunales internacionales: "Es un fallo que para la defensa es contradictorio. Por un lado nunca es malo que se baje la pena, pero por otro es una sentencia que tendremos que revisar, analizar y recurrir ante tribunales internacionales porque el testigo encubierto implicado sigue vigente".
El veredicto, que en principio no admite más cambios, fue firmado por los jueces Nibaldo Segura, Jaime Rodríguez, Rubén Ballesteros, Carlos Künsemüller y Hugo Dolmestch. Mientras se notificaba la nueva condena, un centenares de personas se manifiestan a las afueras del Palacio de Tribunales de Santiago, en Puerto Montt, en Temuco y en otras ciudades del sur de Chile.
La vida de los comuneros peligra
Tan pronto se ha sabido la nueva sentencia ha sido comunicada a los comuneros que permanecen en el hospital Victoria de Concepción. Los cuatro mapuche siguen negando su participación en el ataque de noviembre de 2008, por lo que han manifestado que seguirán con la huelga de hambre "hasta el final".
El último informe médico indicaba que Ramón Llanquileo, de 29 años, ha bajado cerca de 20 kilos, desde el inicio de la huelga líquida el pasado 15 de marzo. José Huenuche, de 34 años, ha disminuido casi 18 kilos. Sus compañeros Héctor Llaitul, de 43 años, y Jonathan Huillical, de 23 años, han perdido 23 y 20 kilogramos respectivamente.
Según el informe médico todos presentan, en mayor o menor medida, "decaimiento y cefalea generalizada, pérdida de fuerza muscular, mareos por movimientos bruscos, calambres en miembros inferiores, insomnio y palidez cutáneo mucosa".
Natividad Llanquileo, vocera de los comuneros y hermana de uno de ellos había manifestado que: "En el juicio anterior se cometieron una serie de irregularidades, como el uso testigos anónimos por parte de la fiscalía, en virtud de la Ley Antiterrorista. Por eso, esperan que el máximo tribunal lo anule y realice uno nuevo, en que no se vulneren las garantías que se vulneraron en el juicio anterior. De no ser así se buscará "internacionalizar" la causa, llevándola a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, aunque será un trabajo a largo plazo".
La Comisión Ética contra la Tortura de Chile ha solicitado también la intervención urgente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ante el Estado de Chile debido al inminente peligro de muerte o de graves daños a la integridad física de los cuatro comuneros quienes el año pasado ya llevaron a cabo una huelga de hambre de 81 días, por lo que su estado de salud es realmente débil.
fuente: elmundo.es
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