Patricio Malatrassi A.
Rebelión
Sin duda que quienes asumieron la presidencia de Chile con Piñera a la cabeza son tipos de cuidado. Son de temer. Son los tipos que estuvieron con la dictadura, entraron a saco en las empresas del Estado y sirvieron de sostén ideológico al asesinato y al terror masivo. Hoy ejercen el gobierno nuevamente y desde el aparato del Estado, han entrado de lleno en las estrategias inconclusas de desnacionalización de la economía nacional y su puesta a punto para el total disfrute del gran capital nacional y transnacional Han empezado, como táctica, por lo que queda en manos sociales del negocio del agua. El objetivo es, claro, desnacionalizar la totalidad de la comercialización de los recursos naturales.
Que sean las “sanitarias” en donde se termina con el porcentaje aún en manos de CORFO es una cuestión táctica pues desde su mismo nombre:”sanitarias, encubre y disfraza la esencia del asunto: el agua. El sector del agua fue uno de los más apetecibles para los grande conglomerados económicos y por lo tanto su privatización fue una de mejor planificados en la búsqueda del control de los recursos naturales. Se movieron para ello poderosas empresas multinacionales que pusieron en marcha un plan sistemático para apoderarse de aquellas estructuras del Estado que generaban posibilidades económicas y sociales. Naturalmente encontraron y encuentran para estas maniobras la complicidad encubierta y abierta de los sicarios nacionales.
La expresión concreta de esta maniobra. Es como casi siempre una cuestión de plata. Se trata de echar mano a una enorme bolsa de dinero y ponerla o a disposición de los “buenos muchachos” Sin duda a los tipos estos les tenía atragantados que, por ejemplo, en el caso de Aguas Andinas cerca de 100 millones de dólares anuales que hoy van a fondos del erario nacional para diversos programas de interés social, no se destilaran al fondo de sus insaciables bolsillos.
En esta maniobra, sabiamente administrada se ha puesto en ejecución a fin de año, cuando nadie presta demasiada atención a otra cosa que el consumismo desatado y las ansias por mandarse a cambiar a cualquier parte en que se puedan olvidar aunque sea por un momento del stress del año. ¿Quien se va a preocupar de las sanitarias?
Usaron como era de esperar el gran argumento de que serían platas para la reconstrucción y quienes sufrieron las consecuencias del terremoto. Como ya se sabe “los pobres no pueden esperar”. A poco andar el “gran argumento” se les derrumbó ante el pobre crecimiento del gasto público que a octubre del 2010 apenas llegó al 2,6 % frente a una estimación del incremento del gasto del 7,8 % entregado para el período por el propio gobierno. En otras palabras han gastado mucho menos platas de la que tienen disponible, por tanto no necesitan más, si lo que tienen que hacer es gastar lo que tienen ya asignado. Por otra parte los fondos provistos por el alto precio del cobre estarán a disposición a partir del 2011. Es decir los reyes de la eficacia están atrapados en su propia incompetencia en el uso de los recursos públicos.
Obviamente quienes han posibilitado esta maniobra fueron nuestros amigo de la Concertación que en su momento encabezados por Lagos y su Ministro de Hacienda Nicolás Eyzaguirre en julio del 2003 aprobaron un proyecto que permitió eliminar el artículo que impedía que el Estado tuviese una participación menor al 35 % en estas empresas. No podemos dejar de señalar que cada movimiento de Piñera tiende a llevar a su final aquellas políticas que la Concertación, en aras de su teñido de izquierda, no se atrevió a llevar a su final. De esto y no de otra cosa es de la que nos esta hablando el tema de las sanitarias y su privatización total.
Las sanitarias son otro gran negocio para el gran capital: Aguas Andinas, Essbio, Esval y Essal concentran el 66.7 % de los 4,3 millones de clientes del sector que pagan mes a mes año tras año. Facturan US$ 900 millones al año con utilidades por US$ 350 millones.
Los dueños del capital sacan cuentas alegres, sus corredores bursátiles saben que le llegan a las manos entre el 29 y el 34 % de los paquetes accionario de las empresas del agua del país y que al ser un negocio regulado los dividendos son altos y seguros. Y no es que esta no estuviera participando de una industria que ya hace tiempo fue desnacionalizada: Aguas Andinas es controlada por el Consorcio español Agbar con un 50,1 % de las acciones y Essbio por capitales canadienses también en un 51,12 %.
Por lo demás y para suscitar el apoyo de la burguesía nacional Juan Fontaine Ministro de Economía les comunicó a los financistas y sus redes financieras que ya estaban recibiendo el maná de tan buen negocio, que no habría restricciones para ellos para aumentar sus actuales participaciones accionarias ni menos para los actuales controladores de las compañías.
Como dije estos tipos son de cuidado. Es una mafia que no se detendrá ante nada. Y como los mismos cables dados a conocer por Wiki Leaks constatando la opinión de la embajada estadounidense: Piñera y sus boys “manejan sus negocios y la política hasta los límites de la ley y la ética” y bajo estos parámetros se harán de unos de los recursos más valiosos y escasos del futuro inmediato de la humanidad.
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