sábado, 17 de septiembre de 2011

Una nueva religión

Por: Santiago Maco
 
La semana pasada, el cardenal Medina y el obispo Espinoza dieron cátedra de odio. La guerra contra los gays sigue en pie. Y contra la mujer también, porque hasta que las pobres no puedan decidir libremente qué hacer con sus vidas y úteros, seguirán sometidas al designio de estos cabecillas masculinos que poco o nada saben de amor y parir.
La semana pasada, el cardenal Medina y el obispo Espinoza dieron cátedra de odio. La guerra contra los gays sigue en pie. Y contra la mujer también, porque hasta que las pobres no puedan decidir libremente qué hacer con sus vidas y úteros, seguirán sometidas al designio de estos cabecillas masculinos que poco o nada saben de amor y parir. Son antisociales de sotana y traje con palabras tan violentas como los encapuchados que prenden fuego a la ciudad y clavan estacas de fierro contra los caballos de los pacos. Líderes de opinión y gurús espirituales. Unos que creen que yo, Manuel, mi madre divorciada y mi hermano que usa condón, somos obras del diablo.
Por eso, con mi gran amigo Rodrigo –quien también es un endemoniado-, queremos una nueva religión.
- Hace falta un nombre. Somos los…
- Y también tenemos que inventar un mesías. En este caso, “una mesías”. Para que dure la cosa, o sino la gente se va aburrir. Nuestra versión de Jesús o el Buda que se reencarna a cada rato. Una gran mujerzuela que estaría pronta a llegar a la tierra.
- Como el regreso de Lilith.
- Claro. Pero en este caso, Lilith es nuestro mito. Ella fue la primera mujer de Adán que, prácticamente, borraron de la Biblia. Se supone que Dios creó a Lilith a su imagen y semejanza, al igual que a Adán. La historia de Eva, que salió de la costilla, vino después. Porque Lilith y Adán se separaron. Mejor dicho, Lilith abandonó a Adán y lo dejó solo en el Jardín del Edén.
- Me gusta. Es como mi amiga Antonia, que se mandó a cambiar y dejó a su marido solo en la casa que recién se habían comprado en Piedra Roja.
- Lo mismo. Supuestamente, Lilith se aburrió de Adán, porque él la obligaba a tener sexo en la posición del misionero. Ella no estuvo dispuesta a aguantárselo. Encontraba injusto esto de andar tirándose de poto en el pasto por todos lados. Lilith lo mandó a la cresta, agarró sus maletas y se fue. Y no a cualquier lado. Partió al Mar Rojo a tener sexo con un montón de demonios.
- Es igual a la Antonia. Sólo que ella se fue a Playa del Carmen a pasar las penas del divorcio y se agarró a varios gringos que conoció en los chiringuitos.
- Parece que Dios trató de convencer a Lilith para que volviera, pero ella no quiso. Adán pataleó, hasta que Dios le dio otra mujer: Eva, la pobre desgraciada que le sacó de la costilla.
- Ahí cagó la mujer.
- La confinaron a ser un miserable fragmento de por vida y, por lo mismo, estamos como estamos. Lilith se convirtió en un símbolo maligno: la mujer promiscua y que se revela ante el hombre. Las feministas adoran a Lilith.
- Perfecto. Los fieles de la nueva religión gay/feminista somos seguidores de Lilith. Se acerca el cambio de era con tanta presidenta y cosa mujer que hay. Las chicas vuelven al poder. Tatcher, Rousseff, Bachelet, Fernández, Merkel son diosas. Nacen mujeres científicas que clonarán espermatozoides y se fecundarán unas a otras. Nace la primera mujer por partenogénesis. Ella es la elegida. Las mujeres comienzan a reproducirse sin ayuda del hombre. El macho se vuelve innecesario y termina por extinguirse. Y, al lado de estas mujeres empoderadas, en cambio, estaremos los gays. El neo-hombre feminizado que no tiene sexo con ella, pero que la viste, aconseja, mantiene flaca y la cuida. Somos los únicos que realmente amamos a las mujeres.
- ¿Y, entonces, quién va a ser la mesías?
- No se me ocurre. ¿Lady Gaga no hizo un video en que aparecía naciendo de un huevo? Era como un ser alienígena celestial.
- Nos cagó Lady Gaga. Maldita.
- No importa. A ella la ponemos como una santa. Junto al resto de las divas del pop, las mujeres empresarias, dirigentas sociales, presidentas de directorios, temporeras, etc.
- También necesitamos un libro. Algo descabellado, como la Biblia, el Torá, el Corán
- Yo apostaría por algo 2.0. Podríamos armar un texto sagrado con los tuits más divertidos del mundo. O un canal de Youtube de chascarros. Los mismos fieles de nuestra iglesia cuentan la historia. Además, podemos subir material a Wikipedia. Nadie pone en duda a Wikipedia.
- Esto está redondo. También nos hace falta un símbolo. Como la cruz, la estrella de David, el pescadito juguetón o la luna creciente.
- Yo optaría por un consolador. De esos bien bonitos, los Happy Jane. Algo así como la masculinidad hecha plástico y el emblema de la autosatisfacción sexual femenina. Podemos llenar el templo con consoladores de colores y ponemos algunos que funcionen a pilas, para meditar y rezar al ritmo de las vibraciones.
- Perfecto. Como hay tantos a los que les gusta comulgar, en vez de darles la ostia consagrada, hacemos la eucaristía con pastillas anticonceptivas y del día después. Ahí, cada chiquilla elige la suya. Para los gays, en cambio, tenemos un tarrito con poppers para que inhalen a gusto.
- ¿Tú crees que las mujeres van a enganchar con esto?
Las lesbianas seguro.
- Vamos a cambiar el mundo, Santiago.
- Claro. Seremos una religión que no mata, no discrimina, no roba, no abusa, no viola…
- No. Si hacemos eso, se nos va a la mierda el negocio.
- Ah.
Fuente:eldinamo.cl

No hay comentarios:

Publicar un comentario