Que viva la luz que enciende, la flor que hacen crecer con este
grito profundo.
Que vivan los estudiantes de Chile que le ganan la guerra a la nefasta parrilla televisiva, que le punzan los talones a los empresarios corruptos de nuestra patria, que mordisquean la conciencia de nuestra política de vergüenza.
Que vivan todos, los gordos, los flacos, los chascones, los listos, los que quieren ser listos y no pueden porque el garbanzo es rasca...
Que viva su canto social que emerge como emergen los vahos del amor; sí, que vivan los mateos, los porros, los chistosos, los pitucos y los farsantes. Todos en el aula de la esperanza, todos en la suma de uno más dos somos todos. Que vivan en las calles, con las chelas y con la filosofía suave y eternizadora de los pitos, que vivan mucho tiempo.
Y que vivan en Chile para creer que un país justo y solidario es posible. Un país donde la farándula, las tetas y el culo sean sólo anécdotas.
Que viva Chile dentro de ellos, que despierte Chile dentro de sus postulados, que detengan la barbarie de esta dictadura de mercado, que aniquilen el golpe intimidador del empresario vaca que se rie de las lucas mientras se baña con sus dólares. Que vivan los estudiantes en las calles, en las esquinas, en la fiesta.
Y que viva también el arrinconado mateo que se vuela con el olor de los libros.
Que viva el que no pudo, el que mira la vida desde su ventana imaginando cómo pudo haber sido de haber tenido esas lucas (lucas que lo privaron de su derecho a saber...)
Que viva quien al principio pudo y debio abandonar el establecimiento para trabajarle a los señores...
Que viva quien sí terminó y trabaja en oficinas miserables con salarios mezquinos de matemáticas hijas de puta y empresariales.
Que vivan los estudiantes de Chile que le ganan la guerra a la nefasta parrilla televisiva, que le punzan los talones a los empresarios corruptos de nuestra patria, que mordisquean la conciencia de nuestra política de vergüenza.
Que vivan todos, los gordos, los flacos, los chascones, los listos, los que quieren ser listos y no pueden porque el garbanzo es rasca...
Que viva su canto social que emerge como emergen los vahos del amor; sí, que vivan los mateos, los porros, los chistosos, los pitucos y los farsantes. Todos en el aula de la esperanza, todos en la suma de uno más dos somos todos. Que vivan en las calles, con las chelas y con la filosofía suave y eternizadora de los pitos, que vivan mucho tiempo.
Y que vivan en Chile para creer que un país justo y solidario es posible. Un país donde la farándula, las tetas y el culo sean sólo anécdotas.
Que viva Chile dentro de ellos, que despierte Chile dentro de sus postulados, que detengan la barbarie de esta dictadura de mercado, que aniquilen el golpe intimidador del empresario vaca que se rie de las lucas mientras se baña con sus dólares. Que vivan los estudiantes en las calles, en las esquinas, en la fiesta.
Y que viva también el arrinconado mateo que se vuela con el olor de los libros.
Que viva el que no pudo, el que mira la vida desde su ventana imaginando cómo pudo haber sido de haber tenido esas lucas (lucas que lo privaron de su derecho a saber...)
Que viva quien al principio pudo y debio abandonar el establecimiento para trabajarle a los señores...
Que viva quien sí terminó y trabaja en oficinas miserables con salarios mezquinos de matemáticas hijas de puta y empresariales.
Que viva el que está en la calle alzando la voz, cantando,
bailando y denunciando.
Que vivan ellos que sí me representan.
Que vivan por lo que yo, a mis casi 45 años, todavía no he podido
conseguir.
Que vivan para que mi vejez sea únicamente plena al constatar que
mi patria realizó el cambio.
Que vivan y que vivan! Que vivan y que resuciten después de
que la prepotencia gubernamental les azote a palo limpio hasta matarles el
cuerpo pero no la palabra,
Que vivan después que el guanaco/mierda les apeste con su escupo ricachón y dictatorial.
Que vivan después que el guanaco/mierda les apeste con su escupo ricachón y dictatorial.
Sí, que vivan., que vivan y que se multipliquen infecciosos en las
mentes adormecidas. Y que Chile vuelva a despertar de este sin fin de idiotez
televisiva...
Chile es posible. Muy posible. El pueblo recupera su canto y su
guitarra.
Y que los cabros, las cabras, los pingüinos y las pingüinas, los
maestros sabios y los padres esforzados siembren de colores y zapatos de todos
los números esta tierra nuestra.
(Antonio Toño Jerez / Dramaturgo/ Profesor)
Hermosas palabras. Es el mismo autor que escribió la Carta de Perdón a Daniel Zamudio. Grande texto y muy sensible... gracias.
ResponderEliminar(Sara Martínez. Santiago de Chile)