martes, 4 de octubre de 2011

Más Acerca de las Causas de las Crisis de la Economía






Escrito por Manuel Riesco L.   

Marx demostró que inevitablemente se produce cada cierto tiempo lo que en el lenguaje de la época denominó una plétora de capital. Es decir, un momento en el cual, debido a la caída de la tasa de ganancias, las nuevas inversiones no sólo no generan un incremento en la masa de ganancias superior a lo invertido, sino que producen un estancamiento e incluso una disminución de las mismas. En ese momento, obviamente los capitalistas dejan de invertir, provocando con ello la crisis.

 La misma se precipita aún cuando en esos momentos el consumo de las personas es máximo, debido a que las empresas consumen considerablemente más que las personas y pueden reducir su consumo de modo brusco. Al precipitarse la crisis, aumenta la cesantía y bajan los salarios, lo cual reduce el consumo de las personas y agrava la crisis aún más.

Al revés, las crisis terminan cuando las personas han bajado su consumo al mínimo. La desvalorización masiva del capital repone la tasa de ganancia y las empresas vuelven a invertir. Mucho después, Keynes introdujo el gasto del Estado en esta ecuación, como el gran amortiguador de las crisis.

La pregunta clave, es porque cae la tasa de ganancias en primer lugar.

Ello resulta una consecuencia casi trivial del inmenso aporte de Marx a la teoría económica en general. Éste consiste ni más ni menos en haberla reconstruido completa sin abandonar el principal descubrimiento de Adam Smith y los clásicos: el elemento común que ya Aristóteles había considerado debía existir necesariamente entre dos mercancías para que pudiesen intercambiarse consistentemente en proporciones determinadas, no era otro que el trabajo humano contenido en ellas.

Este descubrimiento "cambió la historia del pensamiento humano," según Marx.

Sin embargo, la mayoría de los economistas pronto renegaron del mismo. Les resultó una verdad incómoda: devela que los capitalistas se quedan con la parte del león del valor creado por el trabajo de sus obreros, aunque les paguen su justo salario.

Respecto de la tasa de ganancia, sin embargo, devela con meridiana claridad el porqué necesariamente cae de tanto en tanto. Ello se origina precisamente en el hecho que el valor producido y por ende las ganancias, dependen solamente del trabajo humano invertido. La ganancia cae porque de modo cíclico la competencia entre los capitalistas conduce a un atochamiento general de los mercados de productos, lo que hace caer los precios. Sin embargo, al mismo tiempo y antes, la producción a todo vapor ha tensado los mercados de factores, haciendo subir los precios de todos ellos, desde los terrenos hasta los salarios.

Naturalmente, ello hace caer la tasa de ganancias puesto que las comprime desde ambos extremos.

La crisis descomprime todos estos mercados, permitiendo cobrar mejores precios por los productos y pagar otros más bajos por todos los factores, lo cual recompone la tasa de ganancias. Estos comportamientos cíclicos se superponen a una tendencia de largo plazo al incremento constante de la cantidad de materias primas, maquinarias y equipos, así como edificios y otros factores de producción, que son movilizados por la misma fuerza de trabajo.

Ello obliga a invertir cada vez más en estos factores para la misma inversión en salarios de la fuerza de trabajo. Es lo que Marx denominó aumento en la composición orgánica del capital.

El aumento en la composición orgánica es contrarrestado por una tendencia de largo plazo a la caída de los precios de los factores de producción, debido al aumento en la productividad del trabajo en las ramas que los producen.

Si el valor fuera agregado por todos los factores de producción - como supone la economía que Marx llamaba "vulgar -, un aumento en la composición orgánica del capital no debería disminuir la tasa de ganancia. Por el contrario, si el valor es agregado solo por el trabajo, la masa de ganancias se determina exclusivamente por la inversión en fuerza de trabajo. Los demás factores resultan indispensables en magnitudes crecientes para hacerla funcionar en condiciones competitivas.

Sin embargo, solo agregan peso al capital, sin aumentar la masa de las ganancias, la que depende solo de la inversión en trabajo. Por lo mismo, la tasa de ganancia, que es la razón entre la masa de ganancias y el capital total invertido, necesariamente tiende a disminuir.

 Fuente:diarioreddigital.cl

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