miércoles, 24 de agosto de 2011

Cuando la represión se transforma en algo "NORMAL".

Amplio despliegue policial y dura represión durante la primera jornada de paro nacional en Chile

El ambiente se tornó irrespirable en el centro de la capital chilena, a escasos metros del Palacio de La Moneda por el lanzamiento de gases lacrimógenos por parte de la Policía, durante la primera jornada de paro nacional.
En la esquina del céntrico Paseo Ahumada y la emblemática avenida Alameda fueron reprimidos con camiones lanza agua y bombas lacrimógenas grupos de manifestantes, quienes portaban carteles clamando por un plebiscito y exigiendo una enseñanza pública gratuita y de calidad.
La zona, donde se encuentra enclavada la casa central de la Universidad de Chile, permaneció bloqueada por vehículos policiales y fuerzas especiales de Carabineros, rodeados de jóvenes que corearon consignas de apoyo a la huelga, convocada por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) del país suramericano.
Un carabinero resultó herido de bala y una docena de manifestantes fueron detenidos en incidentes ocurridos en las primeras horas del día.
En varios puntos de la capital chilena grupos de manifestantes levantaron barricadas y encendieron fogatas para interrumpir el tránsito.
De modo completamente inusual, además, policías a caballo irrumpieron por la tarde en el Paseo Ahumada, causando pánico entre las personas que transitaban por el lugar.
En diferentes puntos de ese célebre boulevard, por donde se supone circulan a diario un millón de chilenos en días laborables, tenían lugar manifestaciones de carácter pacífico, varias de ellas de corte musical y cultural, en las que se llamaba a cambios profundos en la nación austral.
“Queremos un Chile distinto, sin lucro ni ladrones, con oportunidad para todos”, declaró el joven universitario Guillermo Zaldívar.
Con un cartel demandando “Plebiscito, ya!”, Zaldívar opinó que el pueblo se inclina en su mayoría por una educación pública gratuita y de calidad.
Dijo estar terminando una carrera de Ingeniería y que sus padres y él están condenados a vivir endeudados para pagar la costosa disciplina universitaria por la que optó.
Otras dos jóvenes mostraron su adhesión al paro con un elocuente cartel: “Erase una vez un joven Chile que hizo creer al Chile adulto que un cambio todavía era posible”.
El paro, convocado bajo una amplia plataforma de demandas que van desde reformas a la Constitución hasta aumento de impuestos a las empresas, la creación de un fondo de pensiones estatal y más recursos para Salud y Educación, comenzó la noche del martes con un “cacerolazo” en Santiago y otras ciudades.
LibreRed.net (Con información de EFE y Prensa Latina)

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