jueves, 23 de diciembre de 2010

La consolidación de la dictadura.




Tal vez muchos podrán decir que la democracia en Chile ha alcanzado su plena madurez, o que la transición a la democracia se ha consolidado a tal punto que estábamos listos para dar un giro de timón y optar por que la derecha pinochetista nos gobernara, que ya el dictador se había muerto, así que, ya no había nada que temer, la derecha habría aprendido a vivir en democracia y por último que la Concertación de Partidos por la Democracia había pasado la prueba y ahora le tocaba a los otros. Porque la política de la alternancia en el poder no había podido ser probada, ahora si que si, como debe ser, ya te tocó a ti, ahora me toca a mí. Tú me apoyas desde el parlamento y todos contentos.

Desde que la derecha asumió el 11 de marzo, hemos tenido mucho de que reírnos, ruborizarnos e impresionarnos, tenemos un presidente que…a ver, como lo digo, es muy pintoresco, muy impulsivo, o por último es lo que hay y, es el que ganó la elección y hay que entenderlo así. Un auténtico representante de la derecha y el empresariado que ha tomado medidas que apuntan directamente a la privatización de todo lo que huela a estado, ha puesto un enorme letrero invisible, pero que todos leen, de “se vende” en la Moneda, pero en realidad podemos concluir que está terminando lo que la concertación empezó, como la venta total del agua, y la privatización de la educación, tarea que dejaron  inconclusa, también, sus predecesores, la salud va por el mismo camino, luego será el cobre.

La constitución de Pinochet, a la que no se le ha cambiado nada, excepto la firma del dictador por la de  Ricardo Lagos que la legitimó, sellando con su rúbrica el sello de Carta Fundamental democrática que no requiere más cambios que el que allí se le dio, según ellos.
Mientras se nos pasa la resaca de las fiestas de fin de año y nos sacudimos la cabeza, pasan las leyes y decretos como si nada, y cuando nos pase este letargo seguramente va a ser demasiado tarde.
Empresas a cargo de los privados significa subcontrataciones, bajos sueldos, tratos indignos, todo se está haciendo sin escuchar manifestaciones de reclamos de real molestia, ya que, la traición también viene desde el mundo de los trabajadores, quienes han entregado las movilizaciones, y tengo pleno derecho a pensar, a cambio de alguna prebenda… no sería la primera vez.

 Es penoso ver como quienes se fueron al exilio regresaron a repartirse la torta que con tanta lucha, esfuerzo y esperanza el pueblo consiguió y es penoso ver que, ahora, la candidez de los chilenos les permite hacer lo que la política de los acuerdos les indique ya que no podemos pensar que se van a pisar la capa entre súper héroes.
Quienes  ahora reclaman, tuvieron todo en sus manos para hacer reformas laborales, hacer justicia con los jubilados, fortalecer la salud y la educación pública y no me refiero solo a Aylwin, Frei, Lagos o Bachelet, sino a los parlamentarios que, han tomado sus cargos como verdaderos trampolines para pasar de ser de medio pelo a piojos resucitados y… sin escalas.




Andrea Dufournel
Temuco.

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