6 de junio de 2011
Por Nicolás Candel
La misma semana en que el país estaba masticando la aprobación ambiental de HidroAysén, las empresas transgénicas gritaron en silencio un golazo que anotaban en el Senado, cuando se aprobó el Convenio Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales, también conocido como UPOV 91.
No obstante, tras quedar en calidad de promulgarse por parte del Presidente de la República, un grupo de 17 senadores decidió impugnar la decisión del mismo Senado (!), recurriendo al Tribunal Constitucional para que determinase la legalidad del convenio, lo que se verá este martes 7 de junio.
A la semana siguiente de la aprobación, el senador Alejandro Navarro exigió al gobierno que explicara la intervención del padre de la ministra Ena von Baer, el empresario de las semillas Erik von Baer. Según el parlamentario, el genetista habría participado en el debate en el senado para conseguir la aprobación del convenio.
“Es conocido en el mundo de la producción de semillas que el padre la ministra vocera de gobierno es un productor y que esta ley beneficia directamente su quehacer comercial. Esto, que puede ser una coincidencia, debería ser explicado por el gobierno, toda vez que la transparencia y los conflictos de intereses son dos elementos por los cuales este gobierno dijo que iba a ser campeón”, sostuvo el senador, en clara presión a la vocera.
Esa semana, algunos medios de comunicación sacaron titulares donde se señalaba que el padre de la ministra sería el dueño de semillas como la quínoa, la avena o el trigo, hasta el año 2016, de acuerdo a información que emanó desde ‘Chile Sin Transgénicos’.
Por alguna razón, la vocera de gobierno habló hasta de sus fotos en la Revista Caras, pero no salió a opinar sobre UPOV 91. Su padre sí lo hizo y -entre obvios argumentos a favor de la aprobación del convenio-, señaló con molestia en El Mercurio que "lo peor es que la cargan con mi hija”.
No obstante, tal vez sí sea correcto 'cargar' a la hija del señor Von Baer. Si se hila con cuidado, habría que recordar que el ministro de tramita las leyes en el Congreso, Cristián Larroulet, fue el jefe de la vocera en el Instituto Libertad y Desarrollo y el mismo que instó a Ena para que fuera candidata al Senado.
Si se hurga con cuidado en los informes de la Comisión de Agricultura del Senado, el señor Von Baer podrá encontrar a un personaje que abogó con fuerza por la aprobación del proyecto de ley “Sobre Bioseguridad de Vegetales Genéticamente Modificados”, por allá por el 2008: el actual Ministro de Agricultura, José Antonio Galilea.
Es más, si el señor Von Baer revisa con cuidado la página web del Ministerio Secretaría General de Gobierno, podrá encontrar que en la sección de Transparencia aparece mencionada su empresa. Sí, cualquier ciudadano que lea los documentos que están dispuestos allí podrá saber que el 24 de junio de 1981, a fojas 293, número 139, se publicó en el Registro de Comercio de Temuco la inscripción de la sociedad ‘Semillas Baer’, una empresa de responsabilidad limitada.
¿Qué hace esta información en una web del Gobierno de Chile?
También se puede deducir que en 1992 la empresa “se abrió al mercado”, ya que en esa fecha vendió un porcentaje importante de la sociedad. Bueno, tal vez no fue precisamente una venta. Ese año, el dueño de Semillas Baer, Erik von Baer, entregó un 15% de la empresa a una nueva socia, su hija Ena, quien, teóricamente, entraba de lleno al negocio de las semillas con tiernos y turgentes 18 años, hasta hoy.
La declaración de Intereses de la ministra Von Baer -publicada en el sitio web del Ministerio Secretaría General de Gobierno-, está fechada el 7 de abril de 2010 y, al mantenerse en el sitio gubernamental al menos hasta este lunes, da a entender que la ministra aún es dueña del 15% de Semillas Baer y, por cierto, de la Quínoa Regalona Baer, del Trigo Porfiado Baer, la Avena Pincoya Baer, el Triticale Lonko Baer, la Cebada Aurora Baer, el Trigo Bakán Baer y…
El viernes 13 de mayo, en las mismas redes sociales que se organizaban por la protesta contra HidroAysén, comenzó a hacerse pública la información de que el Senado había aprobado el Convenio UPOV 91 y que esto beneficiaba al padre de la ministra Von Baer. No obstante, de acuerdo a lo que se lee en la Declaración de Intereses de la ministra, de aquí en adelante todo lo que se apruebe en relación a los transgénicos tiene directamente que ver con Ena von Baer y con su propiedad de la empresa ‘Semillas Baer’.
Fuente: elquintopoder.cl
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