domingo, 13 de noviembre de 2011

La Nueva Barbarie de la Vieja Derecha


 Escrito por Magdalena Herreros (*)    

El miércoles pasado, tras de la victoria de Nueva Acción Universitaria en la FEUC, supe por las redes sociales, que enfurecidos jóvenes gremialistas gritaban “comunistas maricones, les mataron sus parientes por huevones”. Hubiese querido decir “no lo puedo creer”, pero lo peor es eso, que sí lo puedo creer, y la verdad es que ni siquiera me sorprende.
 Y es que durante años, vimos a una Derecha que insistía machaconamente en su carácter democrático. Este discursito se acentuó más, cuando se supo de las cuentas de Pinochet (alias Daniel López) en el Banco Riggs; en ese momento, nuestros “demócratas”, consideraron que las violaciones a los Derechos Humanos eran una cosa, pero el robo sí que era grave, y decidieron volverle la espalda a quien tanto les ayudó a enriquecerse a costa de los bienes estatales.
De ahí para delante, invirtieron mucha energía en mostrarnos una cara más amable, en insistir en que miráramos al futuro, que olvidáramos  el pasado. Claro, no les convenía que los chilenos recordáramos el bombardeo a La Moneda, la muerte del Presidente Allende, la persecución, las ejecuciones, las desapariciones, la tortura. Botón de muestra de ello, es la histeria que le entró a Carlos Larraín con la exhibición de la serie Los Archivos del Cardenal en TVN.
Lo malo de todo esto, es que, por un tiempo, aunque sea corto, una parte de nuestros compatriotas se tragó esta mentira, y votó por un Sr. con actitudes demagogas, que supuestamente dijo NO en el plebiscito, que nos prometió “el cambio”, pero nunca nos explicó qué era lo que pretendía cambiar.
A poco más de un año de que la derecha (después de más de medio siglo) asumiera el poder por votación popular, ha quedado al descubierto la falsedad de su cariz democrático.
Pruebas de esto hemos tenido de sobra. Este año, los chilenos tímidamente comenzamos a protestar por los derechos que este sistema, impuesto a sangre y fuego durante la dictadura, y profundizado luego por los sucesivos gobiernos, nos ha venido quitando. Primero fue por nuestra Patagonia, después por nuestra Educación.
Poco a poco hemos comprobado que la Alianza tiene poquísima paciencia, y cero disposición a ceder a ninguna demanda social; su ULTRA ideologización neoliberal se lo impide. Ha bastado que se vean mínimamente amenazados algunos de sus intereses, para que muestren su verdadero rostro.
Así, hemos visto a un Hinzpeter ordenando una represión que hacía años no sufríamos, con torturas a nuestros jóvenes e incluso con abusos sexuales a nuestras niñas…como en los viejos tiempos; incluso debimos lamentar el asesinato del joven Manuel Gutiérrez, a manos de Carabineros  (bástenos leer los documentos presentados por los estudiantes a la Corte Interamericana de Derechos Humanos), a un  enloquecido Larraín acusando de “inútiles subversivos” a los miles que se manifiestan en las calles exigiendo sus derechos, al ex DINA Labbé introduciendo carabineros en los colegios para evitar las tomas, dispuesto a negar la matrícula para el próximo año a los jóvenes que no sean de su comuna, al “honorable” diputado Estay, enfurecido por una bandera desplegada en el Congreso, forcejeando con una mujer embarazada (presumiblemente provocándole el aborto), a un Melero desalojando el Congreso con Fuerzas Especiales, para no oír las justas exigencias  del pueblo chileno.
 Eso, sin contar con la manipulación de los medios de comunicación , a través de la que pretenden hacernos creer que la violencia viene de los estudiantes, lo que han utilizado para introducir la Ley Maldita 2.0, que criminaliza los Movimientos Sociales.
En su desesperación, han llegado al ridículo extremo de afirmar que el aumento de la delincuencia es producto de las marchas estudiantiles; porque así es la derecha, ni siquiera tiene el coraje de asumir que su principal promesa de campaña fracasó estrepitosamente…prefiere echarle la culpa al empedrado.
Frente a todos estos hechos, cabe preguntarse ¿qué harán cuando su sordera agudice aún más las contradicciones sociales?.  Porque estas manifestaciones de las que se ha hecho partícipe gran parte de la sociedad chilena, son sólo el principio; acá hay un pueblo que despierta, que poco a poco nota que la promesa neoliberal era falsa, que ya no está dispuesto a dejarse avasallar.
Frente a esto, me parece que el llamado sería a avanzar sin miedo pero sí con conciencia histórica, porque esta derecha que hoy nos gobierna no aprendió nada, no ha cambiado ni un ápice; es la misma que durante la Unidad Popular desató toda su violencia (inolvidable la araña negra de Patria y Libertad), la misma que impulsó el golpe militar que echó por tierra los sueños de miles y miles de chilenos, la que apoyó los crímenes de la dictadura.
“Canto qué mal me sales, cuando tengo que cantar espanto”, escribió nuestro querido Víctor, poco antes de ser ferozmente asesinado en el estadio Chile. En medio del dolor, la angustia, la tortura y la muerte, Víctor Jara escribió su última canción en un papel, que fue pasado de mano en mano, hasta llegar a su amada compañera, Joan. Nunca pudimos oírla entonada por su voz y su guitarra.
Creo que la conclusión final es que, aunque la Alianza se vista de democracia, fascista se queda. Por eso hoy emergen de la tierra, con el mismo sentido de ayer, las últimas palabras que conocemos, de nuestro Víctor: “¡Qué espanto causa el rostro del fascismo!”.
(*) Médico cirujano; Subdirectora Cesfam Dr. Carlos Godoy
Fuente:diarioreddigital.cl

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