miércoles, 29 de junio de 2011

TERMINÓ LA SIESTA DE PINOCHO

Por estos días se ha masificado y vuelto común escuchar o leer la tristemente célebre frase de Goebbels: “Miente, miente que algo queda”, sin embargo hubieron muchos que no quisieron hacer caso a quienes, para algunos exageradamente, dijimos que la Nueva Forma de Gobernar de Piñera, recurriría a Viejas Formas de Reprimir de Pinochet. Es que la derecha, una vez en el poder, echa mano a estrategias antiguas y poco democráticas para implementar su plan de Gobierno. Uso indiscriminado de los medios de comunicación y saturación de mensajes, facultad que les da el ser propietarios de los medios; uso indiscriminado de la Fuerza Policial, recurriendo a la vocación de violencia de algunos efectivos, la gran mayoría por cierto; desprestigio de la política y finalmente, el auto atentado o crisis en la seguridad pública. La temida inestabilidad.  
Hoy, cuando subes a un colectivo o te reúnes con un grupo de amigos, nadie votó por Piñera, son muy pocos los que se identifican con este error o bien defienden esa postura. La gran mayoría de los chilenos y chilenas, se siente decepcionado y eso no lo digo yo, lo dicen las calles, llenas de manifestantes, los precios del supermercado, las tarifas de locomoción y otros tantos elementos que tienden a una baja constante de aprobación del Gobierno y por consiguiente un rechazo a la forma de ejercer el poder. Cuando esto sucede y casi desde el primer día, la derecha empresarial y política ha de recurrir a arcaicas estratagemas para contener el descontento y sin duda, a punta de improvisación, pasan de un día a otro.
Y es que la derecha tiene una vocación que la lleva en sus venas. Cargan con el gen del autoritarismo, con el cromosoma de la dictadura, llevan en su ADN esa característica mitad mesiánica, mitad egoísta de que ellos tienen la razón, la formula y la fuerza para Gobernar sin la gente y en su extraño fuero interno, según ellos, para la gente, primando indiscutiblemente primero beneficiarse ellos y a partir del chorreo el resto.
A partir de esa fórmula determinada por el Gen Pinochet, cualquier movilización debe ser disuelta, invisibilidad o en su defecto, desacreditada, desprestigiada e incluso, cuando esto no se pueda, se debe atacar a sus rostros, con temas personales, pero primero políticos. Lavín lo sabe bien, desde la vieja escuela de la dictadura militar ya se perfilaba como uno de los herederos de esta antigua forma de Gobernar, claro está, en su versión 2.0 que no es otra cosa que sacarse el uniforme militar y cambiarlo por ternos o chaquetas y sonreír de vez en cuando.  Recurriendo al fuero interno grabado a fuego durante 17 años de dictadura y el discurso bien armado y porque no decirlo incrustado en la ciudadanía, este Opus Dei supernumerario ha iniciado las más básicas de las estrategias pinochetistas: acusar de políticos a los dirigentes y a sus acciones de politiquerías, tal cual lo hizo en antaño Augusto Pinochet Ugarte, dejando de lado por supuesto a la derecha donde sólo hay empresarios con vocación de servicio. No políticos.  
Por otra parte y sumado a ese inconsciente colectivo, están todos quienes han hablado que la política es cochina, es corrupta y que las peleas son sólo para la tele, eso ha insumado a quienes hoy trataran de desprestigiar a Camila Vallego, líder del Movimiento Estudiantil y a todos quienes se sumen a esta tremenda, trascendental y noble causa.
Ya fuimos testigos de cómo aplicando la Agenda Setting, principio del periodismo que prima un tema informativo sobre otro o una arista de un mismo suceso sobre otro, se abordaron las movilizaciones estudiantiles, 5 minutos para la marcha más grande de toda la historia de Chile y 9, para los desmanes. Igualmente apelando a su vocación empresarial, Lavín a recurrido a las tácticas rompe huelgas, trata de dividir el movimiento estudiantil, primero con clases para los “responsables” e inmediatamente, anularlo con vacaciones. 

 Sin embargo, no debiera sorprendernos que si esta situación continuará, comenzarán a haber más desmanes, carabineros heridos, atentados a edificios públicos o a estudiantes que no quieran sumarse a las movilizaciones. La derecha lo ha hecho antes y Goebbels es sólo una parte del factor Pinochet, lógicamente antes Hitler y siempre fascismo, que independiente del paralelo o el meridiano, del año o el siglo, ejecuta  su forma de Gobernar  siempre igual, con distinto o igual lema, el Cambio en Chile, es sólo el retroceso a antiguas técnicas de Gobierno autoritario donde prime la represión y el descrédito a la movilización ciudadana. 
Fuente:elopositoraysen.

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